Adriana Vigilanza: ¡Colombianos, contad con la ruina, aun siendo inocentes!

Adriana Vigilanza: ¡Colombianos, contad con la ruina, aun siendo inocentes!

thumbnailadrianavigilanzaVamos a ver, Empecemos por el principio. Fidel Castro siempre quiso conquistar a Venezuela y desde aquí, expandir su imperio “anti yankee”. Pero, aun cuando lo intentó (en un pasado no tan remoto, a finales de los años 60), fracasó. Porque los ex Presidentes venezolanos, Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, contando con el apoyo de una Fuerza Armada genuinamente profesional y venezolana, lo derrotaron.Militarmente

Como prueba de lo que decimos, sirva lo declarado porHéctor Pérez Marcano, ex guerrillero venezolano, miembro del Frente de Liberación Nacional de Venezuela y aliado de Fidel Castro en los años 60, al diario “El País” de España, el 29 de septiembre de 2013:

“(…) la primera expedición de julio de 1966 dirigida por el cubano Arnaldo Ochoa [quien llegaría a ser general, Héroe de Angola y Nicaragua, fusilado por narcotráfico en 1989 en Cuba]; y otros que vinieron con nosotros al segundo desembarco, el de Machurucuto, del 8 de mayo de 1967, comienzan (sic) a regresar a Cuba. Ese desmoronamiento hace que Fidel tenga que rendirse a las presiones soviéticas, que provocan un viraje importante. Era evidente que Fidel no había abandonado la idea, siempre buscó por otra vía el desarrollo continental de su revolución. Esa otra vía es la que ahora vemos desplegarse en América Latina en la era de Hugo Chávez y sus herederos (…) Nadie me hizo caso. Veía la conexión a partir de información de un agente de inteligencia cubano que trabajó en la Embajada de Cuba en Venezuela en las décadas de los años 70 y 80 (…)” resaltado nuestro.





Tal vez por eso, la sola idea de que los Castro pudieran dominarnos en pleno Siglo XXI, parecía una estupidez[1]. Tan es así que a quienes supimos advertirlo tempranamente, nos tildaban de “exagerados” y “radicales”. Se juzgaba esa posibilidad bajo los cánones tradicionales que la experiencia previa imponía, es decir, que tal dominación tendría que ser mediante una invasión militar.

Pero no era así como los Castro, con su machiavélica inteligencia, habían decido dominarnos…Para eso, era suficiente usarnuestro “vil egoísmo”. El “quítate tú, pa´ ponerme yo”, como arma de dominación. Y así, a fuerza de beneficios económicos y corrupción impune, los Castro lograron dominar incluso a nuestra otrora patriótica Fuerza Armada.

Precisamente por lo que nos ha pasado en Venezuela, permítannos,sin falsas modestias, decir que ya conocemos cómo operan los Castro. Y la conquista de Colombia,nos parece que tendría sentido para ellos. Si Venezuela y Cuba facilitan el tráfico internacional de estupefacientes, Colombia pondría la producción. Ahora bien, tal como ocurrió en Venezuela, se proponen conquistar a Colombia por la vía “institucional” y electoral.Por eso es que a los venezolanos nos produce pánico el empeño de Juan Manuel Santos en promover “la paz” con la narco-Guerrilla y justo con el preciso objetivo de que se unan a las contiendas electorales.Más preocupación aun sentimos porque el Polo Democrático introdujo en el 2004 los proyectos para lograr la aprobación de un sistema electoral electrónico.A partir de ese mismo año, cuando las máquinas “Smartmatic” fueron empleadas por primera vezen Venezuela -y al mismo tiempose incrementó anormalmente el Registro Electoral- si bien los votos de la oposición siempre han crecido, tambiénlo ha hecho anormalmente, el RE y con resultados siempre a favor del régimen….

De otro lado, si algo no se puede discutir es que Juan Manuel Santos fue  Ministro de la Defensa del ex Presidente Álvaro Uribe y que una vez que llegó a la Presidencia, lo traicionó, precisamente, en el tema del trato que debe recibir el grupo narco-terrorista que más estragos ha causado en Colombia, las FARC.Así como no es discutible que fue Ministro de Uribe, tampoco lo es que tuvo una actitud traidora. Es lógico, entonces, que despierte cualquier tipo de suspicacia. ¿Por qué se ha empeñado en recibir con los brazos abiertos a los narco-guerrilleros? ¿Es genuino ese deseo suyo o hay algún otro motivo, oculto?¿O lo mueve, simplemente, un loco afán suyo por conseguir el “Premio Nobel de la Paz”, como dicen por ahí? Para remate, las “Negociadores de Paz” incluyeron la necesidad de implementar el sistema de votación electrónica, en el punto 2 del documento pre-aprobado y Santos consintió en que se den en la ciudad desde donde se expandió el cáncer de la degradación moral latinoamericana, La Habana. ¿Estarán los dueños de Cuba, expertos manipuladores de la psiquis humana, manipulando a Santos, para convertirlo en su nuevo “tonto útil y así, apoderarse de la institucionalidad colombiana? ¿Es que acaso no lo hicieron ya, con Chávez? ¿Por qué confiar en que una Baronesa lejana, que está manejando desde Europa la que se supone será una “capitulación” de los hermanitos del mal, sabrá comprender su retorcida naturaleza y le pondrá freno al afán que siempre han tenido de “cartelizar” oficialmente a América Latina?¿Es casual que haya sido Santos quien, en la Cumbre de las Américas celebrada en Cartagena e el año2012, encomendó a la OEAde Insulza realizar un estudio sobre la posible despenalización del consumo de drogascosa que, por cierto, Insulza aceptó de mil amores, opinandoentusiasta y abiertamente, de paso, que él sí está de acuerdo con esa legalización?.Como decimos por aquí: “es mucho con demasiado”…

Sea cual sea la verdad, estas son preguntas más que válidas que los colombianos deben plantearse. Porque si la narco-guerrilla consigue la participación política legítima y sigue el libreto ideado por el viejo más degenerado del mundo,lo que sigue, seguro, es la ruina para los súbditos de Colombia, sepultada bajo obscenos lujos para los del cartel. Si no me creen, ¡ pregúntenle a Juan Reinaldo Sánchez !

@Adrianavigi



[1]Como prueba, sirvan las declaraciones de Héctor Pérez Marcano, un ex guerrillero venezolano, miembro del Frente de Liberación Nacional de Venezuela, aliado de Fidel Castro en los años 60,  quien  declaró al diario “El País”, de España, el 29 de septiembre de 2013, lo siguiente:“(…) la primera expedición de julio de 1966 dirigida por el cubano Arnaldo Ochoa [quien llegaría a ser general, Héroe de Angola y Nicaragua, fusilado por narcotráfico en 1989 en Cuba]; y otros que vinieron con nosotros al segundo desembarco, el de Machurucuto, del 8 de mayo de 1967, comienzan a regresar a Cuba. Ese desmoronamiento hace que Fidel tenga que rendirse a las presiones soviéticas, que provocan un viraje importante. Era evidente que Fidel no había abandonado la idea, siempre buscó por otra vía el desarrollo continental de su revolución. Esa otra vía es la que ahora vemos desplegarse en América Latina en la era de Hugo Chávez y sus herederos (…) Nadie me hizo caso. Veía la conexión a partir de información de un agente de inteligencia cubano que trabajó en la Embajada de Cuba en Venezuela en las décadas de los años 70 y 80. Yo sabía que él era del G2 [espionaje político] en aquel tiempo, cuando yo por supuesto era solidario con la revolución cubana. Él salió de Venezuela, ya no reside en Cuba y ha seguido trabajando en Centroamérica para la inteligencia cubana; preferentemente, vive en México. Viene con frecuencia a Venezuela. Esa fue mi fuente (…). Tiene excelentes relaciones con los sectores políticos de Venezuela,tanto de derecha como de izquierda, con movimientos políticos de todo tipo. Es un cuadro político importante, influyente que desarrolla una labor muy útil para los cubanos. Cuando viene se entrevista con todo el mundo. Y una de las personas con la que se reúne siempre, es conmigo. Fue a través de él que supe detalles de la presencia cubana, ya como una intervención en Venezuela. Me di cuenta que se estaba armando lo que califiqué de nuevo proyecto continental cubano. Teniendo el poder por la vía electoral, busca promover la expansión de estos movimientos en América Latina. Él tenía contactos con Ramiro Valdez, el sucesor de Manuel Piñeiro, “Barba Roja”, el principal responsable de la subversión cubana en Latinoamérica en la era de Fidel (…)”. Resaltados nuestros.