Taxista golpeó a pasajera por no pagarle con “sencillo”

Taxista golpeó a pasajera por no pagarle con “sencillo”

 

Foto: TaxExpress Bogotá / @TaxExpressCol
Foto: TaxExpress Bogotá / @TaxExpressCol

 

Sobre las 8:30 de la mañana del pasado martes 2 de diciembre Sandra* decidió tomar un taxi en la ciudad de Bogotá, se dirigía a una reunión de trabajo a la calle 114 con séptima y necesitaba llegar con urgencia a su destino. Después de varios intentos para abordar alguno de estos vehículos, logró montarse en uno perteneciente a la empresa TAXexpress. “Lo primero raro que noté ese día es que el conductor no me respondió cuando lo saludé, sin embargo, no le presté atención a lo sucedido pues pensé que quizás había tenido problemas personales”, asegura Sandra.

 

“Al cabo de unos diez minutos llegamos a las oficinas de Teleport en la 114 con séptima, le pregunté al conductor cuanto era el costo de la carrera y me respondió que eran $4.500. Le pasé un billete de $50 mil, lo recibió de muy mala manera y luego me pidió más ‘sencillo’, le dije que no tenía, que sólo contaba con ese billete y ahí comenzó el problema”, relata esta comunicadora social de 26 años y recuerda que el taxista volvió a decirle que no tenía vueltas, “en ese momento le dije que las debería tener pues se supone que los taxistas manejan efectivo. Su respuesta me sorprendió, me dijo que lo que lo único que él tenía que hacer en la vida era morirse, y luego empezó a insultarme, a decirme groserías. Me reprochaba por no tener sencillo, me decía que ese era mi deber como pasajera”.

 

De un momento a otro y con el billete en su mano, el conductor se volteó hacía la parte posterior del vehículo, le dijo a Sandra que le regalaba la carrera, la volvió a insultar y luego golpeó su rodilla derecha con un puño mientras tiraba el billete al suelo. “Me asusté, sentía mucha adrenalina e impotencia, aunque en el momento no sentí dolor me aterraba el hecho de que me pudiera golpear nuevamente”, señala Sandra.

 

“Luego de golpearme, el señor arrancó, le dije que no me insultara y maltratara. Alcanzamos a andar unas tres cuadras y le dije que se detuviera. Cuando frenó en seco y abrí la puerta continuó con las agresiones verbales. Cuando quería tomar una foto a su tarjetón me percaté que no lo tenía visible, menos mal a los pocos metros quedó atorado en un trancón y pude tomarle fotos a las placas”, afirma la pasajera. “Cuando me bajé del taxi me empezó a doler la rodilla. Sin embargo, iba a una reunión importante y aunque estaba afectada por lo sucedido me tocó cumplir con mis compromisos. Pasaban las horas y el dolor se mantenía. Por eso en la noche de ese martes visité a mi papá que es médico. Le conté lo sucedido y le dije que me revisara. Él dijo que tenía una lesión de tejido blando, en palabras médicas significa que el tendón ante rotuliano estaba contraído. Me aconsejó ir a mi médico al día siguiente. Por eso el miércoles acudí a la clínica VIP, me atendió al doctora Jenny Carolina Machado quien me dijo que había sufrido contusiones en mi rodilla derecha y que los traumas eran contundentes”.

 

Cabe resaltar que Sandra se comunicó con TAXexpress luego de lo sucedido, y atendieron su caso con prontitud. “Más que mandar a la cárcel a este conductor o dañarle su navidad quiero se establezca un precedente frente a este tipo de hechos. Hay que hacer algo en Bogotá con los taxistas, ellos prestan un servicio deficiente en la mayoría de casos. El maltrato o el abuso en el precio de las carreras es pan de cada día. Todos los habitantes de esta ciudad, o por lo menos algún conocido, tienen una historia no muy agradable relacioanda con taxista y no debería ser así. Es momento de denunciar si queremos que esto cambie”, dice Sandra y afirma contundentemente que “los taxistas se quejan por mil cosas: Uber, el precio la carrera mínima, la prima navideña pero no se preocupan por cumplir con su trabajo eficientemente. Cuando uno solicita un servicio o los para en la calle le responden: por allá no voy, es muy lejos, está lloviendo, no estoy de turno, en fin mil excusas. No todos son iguales, pero la gran mayoría no se esfuerza por prestar un servicio aceptable”.

 


 

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