La mala opinión de la “revolución” venezolana del comunista argentino Miguel Lamas

La mala opinión de la “revolución” venezolana del comunista argentino Miguel Lamas

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Miguel Lamas

 

Les traemos fragmentos de la entrevista que AraInfo le realizara a Miguel Lamas, quien es argentino, nacido en 1949, estuvo exiliado en Venezuela entre 1975 y 1984. (cuando los gobiernos democráticos del país protegían a los perseguidos de los totalitarismos de la región).  En la actualidad reside en Cochabamba, Bolivia. Es militante de la Unidad Internacional de los Trabajadores – Cuarta Internacional / uit-ci.org (autodenominada organización socialista revolucionaria mundial) y colabora en Bolivia con La Protesta, periódico de Alternativa Revolucionaria del Pueblo Trabajador. Lamas es periodista y analista político internacional. En sus respuestas a AraInfo, Lamas dijo cosas como “En el caso de Chávez y ahora de Maduro la reivindicación como progresista de transnacionales iraníes, chinas o rusas, como si fueran mejores por su nacionalidad

Diego Marín Roig (AraInfo).- A veinte años de zapatismo, del triunfo de Chávez en Venezuela, a diez de la Guerra del Gas, de la irrupción de Correa. ¿Qué cambios ha habido en América Latina en los últimos años?





Miguel Lamas.- Si se refiere a cambios estructurales, en realidad no ha habido grandes cambios prácticamente en ningún país. Por tomar el caso más emblemático, que fue Venezuela, es un país cuya economía sigue básicamente en manos de capitales privados y trasnacionales. Es más, algunas estadísticas indican que el porcentaje de estatización, si fuera una medida, incluso ha bajado un poco porque en la década del setenta tenía el petróleo estatizado, y hoy más bien se han hecho concesiones al capital privado. (…)

(…) Ahora hay como un nuevo proceso que tiene que ver con fenómenos internacionales de reflejo de la crisis en América Latina, que fue mucho más atenuada que en Europa (…)

¿Cuál es actualmente la situación política en los países con gobiernos populares?

ML.- Son gobiernos que no podemos llamar gobiernos de la clase trabajadora, ni de las clases populares por su práctica política, económica y social. Son gobiernos que gobiernan con sectores importantes de las burguesías nacionales. Por supuesto que han cambiado el discurso a medida que han avanzado los procesos. En todos los casos es un discurso antiimperialista, un discurso populista a veces, pero ese discurso muchas veces está alejado de la realidad incluso tiene contradicciones muy gruesas, por ejemplo la defensa pública de ciertas transnacionales, como que son mejores que otras, en el caso de Correa de algunas transnacionales de la inversión en zonas selváticas, que ha creado un conflicto con el movimiento indígena. En el caso de Chávez y ahora de Maduro la reivindicación como progresista de transnacionales iraníes, chinas o rusas, como si fueran mejores por su nacionalidad. (…)

(…) En lo económico-social, en lo que serían las consecuencias económicas de la crisis, todavía no están muy marcadas pero hay. El caso más notorio en ese sentido es Argentina, que otra vez se está hundiendo en el tema de la deuda externa, con todo tipo de problemas, y el otro caso que es bastante curiosos por cómo se está dando es el de Venezuela, porque es un país con unos ingresos petroleros enormes, pero tiene desequilibrios grandes por no haber hecho los cambios estructurales, aunque el gobierno hable de guerra económica. Pero la gente cada vez cree menos en eso, es decir, no hay un proceso como pudo haber sido. En Chile, donde sí hubo una guerra económica en 1973, antes del golpe, por ejemplo un paro de camioneros, no hay nada de eso. Es un caos económico, una corrupción tremenda, y un control de cambio, que en sí no está mal, pero que como está muy burocratizado y corrompido generalmente los que van a importar algo no tienen divisa, y los que tienen divisa son los que importan cosas trucha, esto dicho por el gobierno. Hubo importaciones en un año de 20.000 millones de dólares de cosas truchas, una enorme estafa al país, y esto lo dice el propio gobierno. Es decir que traen cosas que no sirven. Te sobrefacturan, y esto genera una crisis tremenda y un caos económico, que no lo dice la burguesía, la burguesía trata de ganar como siempre obviamente, y rapiñar dólares. Entonces no hay ni una economía planificada controlada por el estado, ni una economía burguesa de libre mercado. Estar en medio a veces es el peor de los lugares. (…)

(…) Pero son todo manifestaciones distintas de la crisis, Colombia tiene unas características, Venezuela tiene otras, Argentina tiene otras, pero en última instancia también son manifestaciones de la crisis mundial, es decir, de cómo la nueva situación económica está afectando, huída de capitales y distintas maneras que están afectando al capital financiero que se va a los paraísos fiscales. Todos los países tienen enormes capitales en los paraísos fiscales, y la pelea de toda la burguesía es como saca plata. Es una succionadora de plata. Obviamente en los más ricos peor. Venezuela es uno de los más ricos, y ahí participa la burguesía oficialista y la burguesía opositora. Argentina ni hablar, los ingenios para sacar dinero de Argentina y burlar el control cambiario son espectaculares. Entonces, este fenómeno es la crisis mundial, y en América latina es un reflejo de la crisis, que puede ser peor en el futuro pero por ahora es eso. Y entonces la gente se da cuenta de que estos gobiernos responden a nada, es puro discurso (…)

 

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