William Anseume: Arreaza, universidades y más

William Anseume: Arreaza, universidades y más

William Anseume Jorge Arreaza pasó violentamente de Vicepresidente a Ministro para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. Esos cambios suelen ser degradantes, según el rostro poético que deambula en las redes sociales. Un paso atrás y gigantesco para él y, al parecer, también para las universidades.

Ya se nota: expresa su deseo de que las universidades sean productivas, altamente productivas, como si no lo fueran. Desea el súper Ministro que las instituciones de educación superior den aportes en cada uno de los motores productivos que el gobierno se ha “inventado” para paliar la profunda crisis de productividad y, al tiempo, económica que padece la nación venezolana.

Hoy, Arreaza llevará a la Asamblea Nacional su genial proyecto de transformación de nuestras casas de estudio superiores en grandes empresas, tipo POLAR, como si eso fuera posible o deseable. Las universidades han cumplido a cabalidad su misión formadora, su entrega anual de miles de profesionales dignos para incorporarse a la creación y aplicación de los conocimientos; las universidades, al tiempo, han seguido investigando para que sus hallazgos sean aplicados al ya casi imposible desarrollo nacional; al menos, mientras este gobierno continúe acabando con el país. Y todo ello lo han hecho estas instituciones, indoblegables a la dictadura, con el mayor desprecio por parte de este malhadado gobiernillo. El mismo que ha pretendido destruirla, ahora quiere exigirle que produzca lo que él (gobierno) no ha sido capaz de hacer expropiando empresas y diezmando la producción nacional. Ahora sí pretenden que le sirvan y así de cómicamente a la nación. Es una burla. Una exigencia desmedida e insólita, impensable. Las universidades no están, por ejemplo, para producir las carencias de arroz en Venezuela. Están, sí, para idear mecanismos, aportes científicos para que las empresas lo produzcan mejor, lo distribuyan mejor y acrezca la calidad del producto y nuestro nivel de vida. Pero esto es imposible porque no hay empresas ni producción ni nada. Las universidades, según el nuevo Ministro exvicepresidente, serían el Chapulín Colorado del gobierno. Absurdo tipo Ionesco.





Por lo pronto, en el Consejo Nacional de Universidades de esta semana, según Mario Bonucci, el Ministro tuvo una intrascendente jornada de bochinche politiquero, sin profundizar en presupuestos, en sueldos, en todo lo que causa el acabamiento de los centros de estudio superior en Venezuela. El gobierno luce disminuido ante el ser y el acontecer universitario y el recién nombrado ministro luce vacuo, absolutamente vacuo en sus planteamientos. No pasa de ser un ente decorativo, al que parecieron decirle: “tente ahí, mientras”.

Hoy, este ministro acudirá a convencer a la Asamblea Nacional de lo chévere de su proyecto insulso. Esperemos todos que los diputados, al menos los opositores, no le paren pelotas. Las universidades, la educación, requieren respuestas inmediatas para su salvación, ya se ha dicho: es una profunda emergencia, la educacional en la Venezuela de hoy. Las universidades requieren cuanto antes de la inversión que se retribuye permanentemente al país: presupuesto y buenos sueldos para los educadores-investigadores y que el gobierno deje ya la tan chabacana charlatanería.

Si, según Arreaza, Chávez hace milagros, que lo pongan a producir. Las universidades no hacen embrujos ni acometen acciones no científicas y demostrables por la razón y el raciocinio, ni los universitarios estamos preparados para ello. Con su burla, el ministro, que se vaya a otra parte, a Rusia, por ejemplo, como se había predicho, sin, lamentablemente, ajustarse a la realidad.

wanseume@usb.ve