Sin duda alguna muy institucional y respetuosa. Es la carta enviada por el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper, al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Henry Ramos Allup.
Fechada el pasado 15 de julio, en la vacía misiva se obvian los principales problemas en los que está sumida la nación y da la sensación de que pudo haber sido escrita en cualquier tiempo o para cualquier país… un formato preestablecido, si se quiere.
Los altísimos índices de escasez medicinal y alimentario, la indetenible inflación de más del 700 %, los gravísimos números rojos (rojitos) que deja la delincuencia, un injusto Tribunal Supremo arrodillado al Poder Ejecutivo, la negación gubernamental al sagrado derecho Constitucional de remover al presidente mediante el voto… etcétera de etcéteras, parecen no existir en la mente del ex presidente colombiano.
Obvia también Samper que se trata de un “llamado a diálogo”, de una parte violenta y culpable frente a otra que busca soluciones al desastre que creó su “dialogante”.
