José Vicente Carrasquero: Dictadura fraudulenta

José Vicente Carrasquero: Dictadura fraudulenta

 

José Vicente Carrasquero @botellazo

La trapisonda y el fraude están en el ADN del proceso político que hoy oprime y empobrece al pueblo venezolano. Fue mediante engaño que el comediante eterno llevó a un grupo de jóvenes venezolanos a la muerte aquel 4 de febrero de 1992. Abundan en la vida de este individuo momentos que protagonizó desde la farsa, la trampa y la mentira. El mismo líder del proceso político era en sí mismo un fraude ambulante.

Por aquello de dime con quién andas y te diré quién eres, a este movimiento se plegaron un grupo de militares y políticos que en su desempeño como gobernadores, ministros, embajadores y un largo etcétera han dejado como niños de pecho a la clase política de la cual denostaron para justificar sus fallidos intentos de golpe de estado.

El actual gobernador del Estado Zulia ha llegado a la aberración de pedirle a la oposición que tomen los fusiles para que se enfrenten por las armas. Esto solo se le puede ocurrir a un primitivo ex militar que en este momento disfruta una calidad de vida que ya quisieran para sí muchos ricos alrededor del mundo. El estado más rico de Venezuela está sumido en la pobreza, en un evidente deterioro de la infraestructura, en pésimos servicios de salud y co-gobernado por el hampa. ¿Con qué moral habla este individuo?¿Qué puede defender de su gestión?¿Justifica en este momento la cantidad de personas que murieron en los intentos de golpe y de lo cual es corresponsable?

El capitanete que simula gobernar el fronterizo estado Táchira es otro espécimen que obliga a reflexionar sobre si estos señores traían al gobierno mejores capacidades que quienes quedaron atrás. Este personajillo que escribía desde la cárcel a oficiales superiores para que lo ayudaran a no perder el apartamento que estaba pagando, es otro ejemplo de aquel dicho según el cual hay dos cosas que no se pueden esconder, la tos y la riqueza. En una de sus boberías recientes amenaza con no darle DICOM a quienes participen en la consulta popular del 16 de Julio. Si no es bobo, la verdad es que se aplica. Cualquier gobernador no chavista del Táchira fue muy superior a éste.

El caso del heredero de Chávez es el más patético de todos. Con una evidente falta de formación para entender las complejidades del Estado que le toca manejar, Maduro permitió que se le escurriese de las manos el capital político que le había dejado su predecesor. La inacción ante la caída de los precios del petróleo es un sacrilegio que hoy tiene a los venezolanos pasando hambre y necesidad. Esto mientras garantiza el pago religioso a los tenedores de bonos de deuda del tesoro o de PDVSA. Esta es otra demostración del fraude en que ha devenido esta dictadura. Se paga a los capitales nacionales e internacionales, después a los que se enriquecen en la intermediación y por último, bien lejos, el pueblo que hoy es mucho más pobre que en 1992.

El fraude sigue con el supuesto respeto a la constitución. Sacan el librito azul como quien muestra el crucifijo a un espíritu endemoniado. Se arropan con la bandera para decir que liberaron al pueblo. La triste realidad es que Venezuela sufre los mayores niveles de dependencia de los últimos cien años. El dictador debe viajar con cierta frecuencia a Cuba para rendirle cuentas a sus jefes. De igual forma debe reportar a Putin de Rusia y al gobierno Chino en donde lo atienden funcionarios de segunda categoría.

En más de nuestra soberanía, la dictadura fraudulenta ha permitido que el hampa internacional se haga de nuestras fronteras convirtiendo a nuestro país en una zona franca del narcotráfico. De este pingüe negocio se benefician militares y allegados del gobierno. Esto está ampliamente probado por los juicios adelantados en los Estados Unidos y por los procesos que están en marcha para determinar la culpabilidad de algunos de ellos.

Los fraudulentos que siempre sacaban a relucir el número de elecciones que habían realizado en los últimos años como muestra “inequívoca” de sus compromisos con los valores democráticos decidieron a partir de los resultados de Diciembre de 2015, revocar el derecho al voto a los venezolanos. De esto, hay claras evidencias, la conculcación del referendo revocatorio que sin duda sacaría a Maduro del poder e impedir la elección de gobernadores que se debió realizar el mes de Diciembre pasado. El tercer caso es no haber convocado el referendo consultivo para la convocatoria de la constituyente con la que el fraude chavista busca impedir por la vía de la trampa vergonzosa su salida del poder.

En su cortedad mental, el heredero del fraude se empeña en extinguir las manifestaciones por la vía de la acción criminal para tratar de tener un ambiente de normalidad para el 30 de Julio. Lo cierto es que la magnitud de la amenaza que representa el proceso de prostitución del estado es de tal magnitud que la gente ha decidido permanecer en la calle a toda costa.

La fraudulenta fracción femenina de la directiva del CNE se ha empeñado en defender lo indefendible. Parecen no avizorar que serán tratadas como cómplices del fraude a la constitución que Maduro y su cúpula corrupta — de la cual ellas forman parte — adelantan con la finalidad de imponer un modelo en el que la democracia participativa y protagónica quedará reducida a una simple opinión no vinculante en alguna plazoleta de pueblo.

La dictadura fraudulenta traiciona descaradamente las propuesta políticas de su fundador. Y eso se debe a una razón fundamental: cárcel. No tienen manera de justificar el que se hayan dilapidado una cantidad fantastillonaría de dólares que según algunos analistas es 2,5 veces superior a la sumatoria del todo el dinero que entró en el tesoro público año por año desde 1830 a 1998. Esto sin mencionar la violación a derechos humanos, la corrupción descarada y la complicación de algunos en asuntos de narcotráfico.

La dictadura fraudulenta le tiene miedo al pueblo. Por eso lo reprime, lo castiga, lo amenaza con no venderles las miserables bolsas CLAP, los chantajea con el vergonzoso carnet de la patria. Saben que no tienen pueblo. Lo tienen que inventar, lo deben movilizar por medio de la amenaza.

Pero, ese pueblo los sabe sin poder y solo espera la oportunidad para barrerlos del mapa político y lanzarlos al basurero de la historia.

@botellazo

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