Las últimas palabras que dijo antes que su esposo la matara para acostarse con su hermana

Las últimas palabras que dijo antes que su esposo la matara para acostarse con su hermana

Seedat, de 37 años, había buscado en línea formas de enterrar a alguien vivo y cremar un cuerpo

 

Un contador que asesinó a su esposa y la enterró en su jardín para que poder acostarse con su hermana, fue sentenciado a cadena perpetua.

Por THE SUN





Ahmed Dawood Seedat, de 37 años, mató a Fahima Yusuf, de 32 años, mientras sus hijos dormían en su casa en Australia Occidental en agosto pasado.

Las últimas palabras de Fahima aterrorizada a su marido fueron: “Te amo”, antes de que la enterrara en un agujero excavado por un contratista, pensando que era para una piscina destinada a los hijos de la pareja.

El juez Fiannaca dijo que Seedat golpeó a su esposa durante ocho años

 

Seedat había buscado en línea términos escalofriantes como “incinerar un cuerpo”, “el mejor lugar para noquear a alguien” y “enterrar a alguien vivo”.

Fue sentenciado hoy en la Corte Suprema de Australia Occidental a cadena perpetua, y el juez Bruno Fiannaca describió el asesinato como brutal, insensible y cobarde. Agregó que Seedat planeó el asesinato durante semanas y tenía motivos egoístas.

Seedat asfixió a la Sra. Yusuf y la enterró en un agujero. El asesino afirmó que sus últimas palabras fueron que lo amaba, pero el juez Fiannaca dijo que eso solo demostraba su horror y desesperación por evitar que la matara, además de la traición que sintió.

La Sra. Yusuf

 

La causa de la muerte de la Sra. Yusuf permanece indeterminada, pero el juez Fiannaca dijo que sufrió laceraciones en la cabeza y el cuerpo. También tenía arena en la boca pero no en las vías respiratorias. Seedat mintió para explicar su ausencia, diciéndole a sus amigos y vecinos que había ido al Reino Unido para una cirugía ocular y le dijo a su hermana que lo había dejado.

Seedat asfixió a la Sra. Yusuf y la enterró en un agujero que había hecho para una piscina

 

La Sra. Yusuf fue reportada como desaparecida cuatro días después de su muerte y la policía encontró su cuerpo al día siguiente.

Seedat había intentado tratar de buscar una relación con su cuñada, pero ella lo veía como un hermano.

“Previó un futuro con su cuñada … se había vuelto emocionalmente dependiente de ella”, afirmó el juez Fiannaca sobre Seedat.