La determinante influencia de la santería, el espiritismo y la magia negra en políticos y militares venezolanos

La determinante influencia de la santería, el espiritismo y la magia negra en políticos y militares venezolanos

Tumbas profanadas en Barquisimeto

 

La masonería y el marianismo eran dos vertientes determinantes en la Fuerza Armada venezolana. Incluso cohabitaban. Pertenecer a una logia les daba a los oficiales la misma importancia que los jóvenes a las fraternidades estudiantiles; además el aura de misterio y símbolos, mientras el marianismo los revestía del cumplimiento a la fe católica, con sus respectivas misas en las capillas de los cuarteles.

Por Sebastiana Barráez / infobae.com





Hugo Chávez lo sabía. Cómo no si se había formado en la institución castrense. Y jugó habilidosamente con los misterios y las creencias que corrían como leyendas urbanas en los pasillos y los dormitorios de las instalaciones militares. Él mismo era un fiel creyente del mundo del misterio y lo oculto. No fue la excepción entre otros presidentes venezolanos de quienes se contaba que acudían a brujos y espiritistas para mantenerse en el poder.

Su llegada a la presidencia de la República le reafirmó las creencias, la fuerza de los espíritus y del más allá. Muchos de sus cercanos colaboradores debieron participar e integrarse a ese mundo misterioso. La masonería y el marianismo quedaban apartadas o minimizadas.

“Fue muy duro aceptar esas creencias del comandante y todo eso que se hacía en Miraflores. A mí, por ejemplo, me costaba mucho porque tu sabes que yo soy muy católico”, cuenta a Infobae un general del ejército que hace un gesto de desagrado al narrar lo que sucedía. “Todo el que quería estar cerca del presidente Chávez tenía que aceptar esos ritos”, agrega.

A la pregunta de qué hizo, responde con el gesto de quien no quiere recordar. “Esas cosas, los altares, todo eso que instaló en el Palacio de Miraflores. Vi a muchos generales participar en eso. Como yo no era aún general simulé que toleraba lo que pasaba, pero hoy en día lo que quiero es irme de la Fuerza Armada con la satisfacción del deber cumplido y no pensar en esas cosas que creo son un pecado y yo creo que la aprendió de los cubanos”.

Cuando le digo que hay referencias y testimonios que indican que Chávez era creyente del esoterismo, desde antes de llegar al poder, el alto oficial explica que “mucho pensábamos que era por los cubanos porque en Venezuela nunca se vio, por lo menos yo no, eso de los ritos, el uso de los muertos, todo eso que llegó con religiones cubanas. A veces cuando hablábamos de la magia negra, de la santería, el vudú, el satanismo, muchos de mis compañeros de promoción decían que eso eran poderes mágicos que requieren sacrificios. A mí siempre me pareció brujería y ya”.

Primero Bolívar

El 16 de julio 2010 y luego de miles de argumentos, Hugo Chávez por fin ejecuta la exhumación de los restos de El Libertador, Simón Bolívar, quien tenía 177 años muerto. El evento se hizo en horas de la noche y con transmisión por televisión. Tres años antes había dicho que el sarcófago sería abierto para determinar las verdaderas causas de la muerte de Bolívar, porque según él lo habían asesinado y tenía dudas que los restos que estaban en El Panteón realmente pertenecieran al padre de la Patria y hasta culpó de su muerte a los Estados Unidos.

Hugo Chávez exhumó los restos de Simón Bolívar

 

“¡Ojalá sean los de Bolívar! ¡Ojalá! Pero hay dudas. Hay dudas sobre la autopsia de Bolívar”, fue el argumento de Chávez para justificarse ante el país. El 30 de agosto 2010 los restos de las hermanas de Simón Bolívar, María Antonieta y Juana, fueron extraídos de sus tumbas en la Catedral de Caracas para ser analizados.

Aunque hubo protestas por parte de personas que consideraron que el evento no fue más que un acto de palerismo para usarlo en ritos, nada pudo impedirlo. Desde entonces se aceleró la profanación de tumbas en los cementerios venezolanos, inicialmente fue de personas con determinados simbolismos, luego los restos de los cadáveres empezaron a desaparecer indiscriminadamente.

La protección

Para políticos y militares llegar y mantenerse en el poder es un fin más importante incluso que su familia y su tranquilidad espiritual. No es un secreto el uso de contras, altares, collares, amuletos otros objetos, que muchos oficiales y dirigentes partidistas usan, para “estar protegidos”.

En marzo del 2013 en el Cementerio General del Sur se encontró vacía la tumba del dos veces presidente de Venezuela general Joaquín Crespo, quien murió en 1898; tampoco los de su esposa, Misia Jacinta, y otros miembros de la familia se encontraron.

El mausoleo del ex presidente Joaquín Crespo

 

El director Otman Quintero dijo que en 2009 el panteón de los Crespo fue profanado por “delincuentes irresponsables que no comprenden el valor que tiene esta obra en la memoria de una nación”, pero que en aquel momento no se llevaron los restos del militar, sino de algunos de sus familiares.

A finales del 2017 y principios 2018 fue profanada la tumba de la Congregación de San Vicente de Paúl. Así como la tumba del capítulo metropolitano, de unos 40 que habían sido canónigos de la Catedral de Caracas. También la tumba del primer capellán militar que tuvo Venezuela.

Es de conocimiento general que los cadáveres se usan para hacer brujería y que sus huesos pueden servir para protección de los vivos. Hay quienes aseguran que los paleros los usan para hacerle daño a enemigos, quitar adversarios del camino o enfermarlos.

En junio 2015 el 40% de las tumbas en el Cementerio General del Sur en Caracas habían sido profanadas por quienes venden cadáveres a los brujos. Los paleros, como se les llama por escarbar el suelo al desenterrar huesos, han proliferado en Venezuela, más aún en el peor tiempo de crisis que se le avecinaba a Venezuela desde el 2014.

El ritual

El capellán del Cementerio General del Sur, P. Germán Machado, le dijo al periodista David Ramos de la Agencia Católica de Informaciones, en febrero 2018, que por un lado está la práctica de la santería y por otro el culto de los paleros, la “religión del palo”, y que es una mezcla entre la primera y el espiritismo.

Dijo Machado que los creyentes de la religión del palo, “se nutren de los cráneos y los fémures de las tumbas. Sacan estos huesos para un ritual, donde en un caldero como los de cocinar de tres patas, se coloca tierra de cementerio y 12 tipos diferentes de árboles. Por eso se llama religión de palo, porque son 12 tipos de palos y ellos a los árboles le dicen palo”.

“Colocan los fémures y el cráneo de un difunto, con la intención de que ellos puedan caminar junto con el muerto y pensar como piensa el muerto. Es una suerte de pacto con la persona fallecida, para que esa persona actúe de forma sobrenatural de acuerdo a lo que ellos le piden y a lo que le van dando como ofrenda”, explicó Machado.

Dijo que “hemos tenido cosas tan terribles como encontrar niños sacrificados que los han dejado en el cementerio en una bolsa plástica. Por lo menos un par de casos de niños que han fallecido en estos ritos y obviamente todos los signos son de rituales”.

Pero la razón no es solo por ritos, es también económica, La profanación de tumbas se acentúa cuando se hace un negocio la compraventa de dientes de oro, que muchas personas usaban hace seis o siete décadas atrás. Ya nadie entierra a sus familiares con joyas o artículos de valor para evitar que se atractivo para los profanadores de tumbas.

En abril 2016 un grupo intentó profanar la tumba de la madre del número dos en el poder, Diosdado Cabello, en el cementerio de El Furrial, estado Monagas. No lograron sacar los restos mortales de Felicia Rondón de Cabello, pero hicieron destrozos al mármol de la tumba y un banco de madera en el que dejaron un mensaje con la frase “los restos de tu familia”.

La Fundación Amigos de Barquisimeto, Fundación Casco Histórico y la Asociación Civil Camposantos de Lara, denunciaron el 6 de marzo 2019 que, en el Cementerio Bella Vista de Barquisimeto, hasta ese momento había 400 profanaciones de tumbas, según inventario realizado por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela.

Hoy, como quizá nunca, los militares y los políticos venezolanos parecen marcados por el misterio de los ritos ocultos.