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Lucho Suárez || lapatilla.com
Para muchos el arte es subjetivo, tiene muchas formas de observarse y elaborarse.
Para lo segundo, el talento es primordial, viene en vena y se trabaja. Para lo primero no hay mucho qué decir, cuando los ojos y la mente hacen “click”. Estimula y conmueve el corazón, se enamora al alma.
Del semillero de artistas que germina en el país de la furia, floreció Tania Mafilito, con un dominio y entendimiento especial del arte y la belleza, capaz de atrapar a los extraños, inclusive, a los menos diestros con el tema.
Su perfil en esa red social llena de tienditas y banalidades es un oasis para la vista entre tanta nalga sin sentido y bodegones emergentes que eclipsan lo bonito y el propósito de la plataforma, exponer realidades, retratar momentos, venerar la imagen.
-Todo en uno-
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La he visto modelar. Porque tiene la belleza típica de esta tierra, e inclusive más allá, es preciosa, sensual, y misteriosa.
La he visto pintar. Darle vida y color a obras que más allá de representar un cuadro, llevan dentro sus historias. Cada quien interpreta a su manera lo que ve, de eso se trata.
La he visto esculpir. Darle forma material a sus pensamientos e inspiraciones.
La he visto reinventarse. Un propósito que va más allá de generar clicks y likes: compartir conocimiento, el verdadero sentido de trascender.
Pero sobre todo, la he visto disfrutar. Y yo también he disfrutado.
El arte no es egoísta, o por lo menos así lo veo. Échenle un ojo a lo bonito, y denle mucho cariño a Tania.