Dick E. Pulido Vielma: ¿Agoniza la Universidad de Oriente?

Dick E. Pulido Vielma: ¿Agoniza la Universidad de Oriente?

¿Agoniza la UDO? ¿Debe morir la Universidad Venezolana? Es difícil sabérselas todas, pero es fácil contar la historia en retroceso. En tal caso, nada hay que adivinar y cualquiera es un experto explicando cualquier evento o serie de eventos pues los resultados son conocidos. Algo así como las elecciones en Venezuela en estos días, el resultado ya se conoce.

Igualmente sabemos que el grado de postración y derrota que vive la nación y sus habitantes es el resultado de un experimento probado en Cuba y cuya repetibilidad fue validada acá. Todo de la manera mas científica. Los venezolanos parecemos habernos conformado. Lamentablemente.

Los métodos usados en este experimento saltan a la vista. Dejaré que otros, mas y mejor entendidos que yo, discutan todos estos métodos. Solo intento aquí llamar la atención sobre el papel de la Universidad, a la que considero un capítulo importante dentro de los métodos a los que hago referencia: el control de las instituciones.





Controlar la Universidad es visiblemente tan importante como controlar las fuerzas armadas, como controlar el sistema judicial, el aparato electoral o los medios. Estas son apenas algunas de las instituciones cuyo control ha permitido consolidar este desastre republicano. El totalitarismo lo exige.

Y ¿Por qué la Universidad? Antes que nada, por su dimensión. Porque no hay otra institución con un número mayor de integrantes adultos (muchos mas que las Fuerzas Armadas); porque el nivel de educación de sus integrantes es una suerte de antídoto muy fuerte contra la pasiva aceptación que requieren las falsías de este orden político; porque es un reducto del pensamiento libre y autonómico de nuestra República, antes democrática. Solo por estos escasos conceptos, la revolución no puede darse el lujo de no tener férreo control de una institución con estas características. Ya lo dije, el totalitarismo lo exige.

La necesidad de penetrar la universidad no es un hecho nuevo ni original. Como la universidad siempre ha sido terreno natural para la concepción, la confrontación y la aceptación o el rechazo de ideas, ello la hace foro natural del pensamiento y la acción política. Añádase a esto la fogosidad e idealismo de sus mayoritariamente jóvenes integrantes y tendremos como resultado lo que ha sido un denominador común para todas la universidades, en todas las épocas, su capacidad para la crítica. Claro, nos referimos a la verdadera universidad, la libre, la autónoma. No podemos incluir a los remedos burocráticos controlados por otros intereses.

En la época en que me hice Bachiller (1966), todo el mundo se graduaba en la Universidad Central o en la Universidad de los Andes. La Universidad del Zulia era una institución igual de vieja pero como que se sentía poco. La UDO era una recién nacida por decreto (1958) y yo, en la fecha de mi graduación de Bachiller, ni siquiera sabía que existía. La UDO fue una necesidad instrumentada por gente de Acción Democrática, quienes la inaugurarían oficialmente un par de años después (1960).

Este experimento académico, respondía a la necesidad de sembrar las luces de la educación superior en el Oriente del país. Estoy seguro de que los orientales con estudios universitarios eran, para ese entonces, una minoría muy selecta. La UDO nace en Sucre, pero en rápida sucesión se crean los otros cuatro núcleos que habrían de darle forma definitiva: Monagas (1961), Bolívar (1962), Anzoátegui (1963) y Nueva Esparta (1969).

En esta época comenzaba un período democrático de desarrollo y libertades que le permitiría a Venezuela colocarse en lugares cimeros en muchos campos. Y sobre esto profundizo en una siguiente publicación.

Por Dick E. Pulido Vielma.

Profesor Titular de los programas de Zootecnia y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Oriente (UDO), Núcleo Monagas. Ingeniero en Producción Animal UDO (1978), MSc Food Science Louisiana State Univ. (1982). Jubilado en 2003