Una niña de 10 años fue asesinada a tiros cuando intentaba llamar al 911 mientras un adolescente armado arrasaba su escuela primaria.
Por Metro
Traducciòn libre de lapatilla.com
La alumna de cuarto grado Amerie Jo Garza se encuentra entre los 19 niños asesinados en la masacre de ayer en Uvalde, Texas.
Salvador Ramos, de 18 años, le disparó a su propia abuela, dejándola en estado crítico, antes de chocar su auto cerca de Robb Elementary.
Luego ingresó a la escuela con una armadura corporal y una pistola, un rifle de asalto estilo AR-15, que usó para dispararle a cualquiera que se interpusiera en su camino.
Ramos también mató a tiros a dos maestros en la escuela antes de que un guardia fronterizo lo matara.
Berlinda Irene Arreola, la abuela de Amerie, relaó que el tirador le dijo a la clase “vas a morir” antes de comenzar su masacre.
Según la abuela, Ramos disparó y mató a su nieta cuando ella trató de llamar al 911. Amerie estaba sentada junto a su mejor amiga que quedó “cubierta en su sangre”.
“Entonces el pistolero entró y les dijo a los niños: Van a morir. Y [Amerie] tenía su teléfono y llamó al 911”, explicó.
En lugar de agarrarlo y romperlo o quitárselo, le disparó. Estaba sentada justo al lado de su mejor amiga. Su mejor amiga estaba cubierta de su sangre.
Ramos finalmente fue detenido por un agente de la Guardia Fronteriza que había estado a cargo de un puesto cercano y se apresuró a entrar a la escuela. Dos policías locales también resultaron heridos tras intercambiar disparos con el atacante.
El guardia fronterizo resultó herido, pero aún podía salir caminando de la escuela, dijo un funcionario.
Más de una docena de niños también resultaron heridos en el ataque, incluida una niña de diez años que fue llevada al hospital en la cercana ciudad de San Antonio en estado crítico.
El presidente Joe Biden ordenó que las banderas de la Casa Blanca ondearan a media asta y fustió que estaba “harto y cansado” de la discusión cíclica sobre el control de armas y llamó a los votantes a “convertir este dolor en acción”.
“Tenemos que actuar. Como nación, tenemos que preguntarnos, ¿cuándo, en el nombre de Dios, vamos a hacer frente al lobby de las armas?”, cuestionó.