Elizabeth Chambers, exesposa de Armie Hammer, habla por primera vez del documental sobre el canibalismo del actor

Armie Hammer y Elizabeth Chambers, en 2019.Richard Shotwell / GTRES

 

Toda aquella persona que haya aprovechado desde que a principios de mes HBO Max estrenó House of Hammer, traducida en España como La saga de los Hammer: Escándalo y perversión, para ver sus tres episodios se habrá llevado una enorme sorpresa al comprobar cómo no solo se habla de un actor de Hollywood acusado de abusar de varias mujeres mediante prácticas denigratorias y violentas o con extraños fetichismos caníbales, sino que se trata de un árbol familiar bastante podrido que comienza con el bisabuelo de Armie Hammer.

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Tanto Armand Hammer, el empresario del petróleo que ocultó su pasado comunista y que se codeó con todos los presidentes estadounidenses, pasando por su hijo Julian, alcohólico y pendenciero con demasiadas armas en su casa, como Michael, el ególatra y ambicioso casanova padre de Armie son ejemplos de la sordidez y de la impunidad del apellido con el que se casó Elizabeth Chambers.

La empresaria culinaria le dio el “sí, quiero” al actor de El llanero solitario, Call me by your name o Operación U.N.C.L.E. en el año 2010, antes de que fuera muy famoso, teniendo con él dos hijos: Harper, de 7 años, y Ford, de cinco. Se separaron en 2020, bajo fuertes rumores de infidelidades, confirmadas, y de una manera muy dañina, por la docuserie.

Ahora, en una entrevista para E!, Chambers ha explicado que ha podido verla y que la producción le ha dejado tan “sorprendida” como “desolada”. “No tenía planeado verla, pero un día dejé a los niños en la escuela y llegué a casa y me la puse. Obviamente, fue desgarrador a muchos niveles. Y muy doloroso. Pero, al mismo tiempo, es algo que ha ocurrido, real”, ha explicado.

Aunque su proceso de divorcio no ha terminado, Chambers tiene claro que no puede quedarse en aquellos hechos si quiere mirar por sus hijos. “El pasado es el pasado”, ha agregado la empresaria, “y lo único que podemos hacer es coger todo esto como un aprendizaje. Y escucharnos para, con suerte, saber procesarlo y curarnos”.

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