Desde hace más de cuatro años, el liceo Manuel Plácido Maneiro, ubicado en la parroquia Jusepín, al norte de Maturín, se encuentra en total abandono por parte de las autoridades chavistas.
Corresponsalía lapatilla.com
Un cementerio de pupitres dañados, filtraciones y laboratorios inservibles, debido a la proliferación de murciélagos, impide que los estudiantes puedan ver sus prácticas. La falta de techos y un comedor destruido es el panorama de esta institución.
El centro educativo cuenta con una matrícula de 442 estudiantes de primero a quinto año, donde deben ver clases en medio de una deteriorada infraestructura. A pesar de que el agua llega con regularidad, están dañados los filtros que están en los pasillos, así como también las tomas de los lavamanos.
“El principal problema que tenemos es en el laboratorio de ciencias, que debido a la infestación de murciélagos, no se pueden impartir clases. Este problema es caracterizado en cierta forma por la desidia. Desde antes de la pandemia comenzó el problema con estos mamíferos voladores, y estas condiciones impiden que los estudiantes vean sus prácticas”, contó la directora del liceo, Alicia Luna.
La dirigente política de Un Nuevo Tiempo en la referida parroquia, Karen Torres, denunció que una parte de la institución no cuenta con techos y la mayoría de los pupitres están destruidos. Agregó que el comedor también presenta deterioro y, aunado a ello, los alimentos que reciben solo alcanzan para cuatro días.
Por su parte, el dirigente parroquial de Acción Democrática, Luis Mucura, se refirió al problema de inseguridad que existe en el plantel, ya que en reiteradas oportunidades ha sido objeto de la delincuencia. Cuestionó que a pesar de que existe un personal de seguridad, ocurran hechos delictivos.