Juan Marcos Colmenares: Un hombre de pocas palabras

Este año se cumplieron cincuenta años de la muerte de Raúl Leoni Otero, segundo presidente del periodo democrático de nuestro país, uno de los fundadores del estado moderno en Venezuela y uno de los constructores de la democracia en América Latina. Un hombre de pocas palabras y decididas acciones.

Nació el 26 de abril de 1905, en Upata-Estado Bolívar y murió el 5 de julio de 1972 en la ciudad de Nueva York. Sus padres fueron Clemente Leoni Scribani, inmigrante de la isla francesa de Córcega y la venezolana Carmen Otero Fernández. Desde pequeño Raúl mostró un gran interés por el estudio, por eso y por el deseo de darle una buena educación la familia Leoni-Otero se traslada a Caracas. En la capital Clemente Leoni funda la “Farmacia Francesa”, en sociedad con Henrique Otero Vizcarrondo, y Raúl ingresa al Liceo Caracas que dirigía Rómulo Gallegos. En 1921, con un grupo de sus compañeros y siguiendo las enseñanzas de su maestro, organiza una manifestación pública como apoyo a la huelga de los conductores de tranvías. El régimen de Gómez no soporta eso y los encarcela por un mes en La Rotunda. Raúl Leoni tenía solo 16 años y esta sería su primera acción a favor de los trabajadores y obreros, característica primordial en su vida profesional y política.

En 1924 ingresa a la Universidad Central de Venezuela (UCV) para cursar la carrera de Derecho, dirige el centro de estudiantes y es director de la revista Centro. Después presidirá la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV) que en febrero de 1928 organiza la “Semana del Estudiante”; un carnaval estudiantil con la finalidad de recaudar fondos para la construcción de la Casa del Estudiante y la reactivación de esa federación, que había sido eliminada por disposición del gobierno de Cipriano Castro. Raúl Leoni, que no se consideraba un buen orador y prefería tener un bajo perfil, escoge a Rómulo Betancourt y a Jóvito Villalba para los discursos.





Los actos de la “Semana del Estudiante” toman un matiz político y se transforman en una protesta contra la dictadura de Juan Vicente Gómez. Esos hechos fueron considerados subversivos y los dirigentes universitarios Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Raúl Leoni, Andrés Eloy Blanco, Guillermo Prince Lara, Miguel Otero Silva y otros, fueron encarcelados en La Rotunda y luego en el Castillo de Puerto Cabello Al calificar como injusta esta detención, más de 200 estudiantes se entregaron voluntariamente y también fueron encarcelados. Pero en la Universidad de Los Andes (ULA) y en las principales ciudades del país, se inició una cadena de protestas que hicieron ceder al gobierno que se vio obligado a liberarlos. Podríamos considerar que esta fue la primera “acción de calle” de la sociedad civil venezolana.

Una vez en libertad inicia su recorrido de exilado político. En Colombia, junto a Rómulo Betancourt funda la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (ARDI) y firma el Plan de Barranquilla. A la muerte de Gómez, regresó a Venezuela y es electo diputado al Congreso Nacional por el estado Bolívar, pero su representación le fue anulada. Es expulsado a México y de nuevo en el destierro va a Colombia, donde continuó sus estudios hasta graduarse el 8 de diciembre de 1938, de Doctor en Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad de Bogotá. En 1939 regresó a Venezuela y se incorporó a la organización clandestina del Partido Democrático Nacional (PDN); y en 1941, junto con otros dirigentes fundó el partido Acción Democrática (AD). El 18 de octubre de 1945, tras el derrocamiento de Medina Angarita, formó parte de la Junta Revolucionaria de Gobierno, presidida por Rómulo Betancourt y es designado Ministro del Trabajo y Comunicaciones. Rómulo Gallegos, en su brevísimo ejercicio presidencial, lo ratifica en el cargo de Ministro del Trabajo. En 1948, de nuevo en el exilio, fijó residencia en Washington y allí contrajo matrimonio con Carmen América Fernández.

Como exiliado político, vivió en Costa Rica, Bolivia y Perú. En La Paz – Bolivia, prestó servicios en el Ministerio del Trabajo y en una oficina de la ONU como delegado de la OIT, contratado como experto en relaciones industriales; y en 1956 participó en la redacción de la nueva Constitución Nacional de Bolivia. Regresó a Venezuela a la caída de Marcos Pérez Jiménez y fue elegido Senador por el Estado Bolívar, ocupando la Presidencia del Congreso. Al asumir Betancourt la Presidencia de la República, es designado Presidente del partido Acción Democrática (AD).

Una faceta poco conocida que debería ser rescatada, es la carrera profesional de Raúl Leoni. Fue un destacado ius laboralista, no en el sentido académico sino como abogado litigante y asesor jurídico de sindicatos, con un papel muy destacado en la conformación del movimiento sindical de Acción Democrática (AD). Entre 1939 y 1945 ayudó a fundar una gran cantidad de sindicatos petroleros y el primer Ministerio del Trabajo (hasta 1945 había un Ministerio del Trabajo y Comunicaciones). Como ministro impulsó los contratos colectivos y el pago del descanso dominical y días feriados. Entre 1945 y 1948, se legalizaron más de 700 sindicatos y se firmaron más de 500 contratos colectivos. En 1946 se firmó el primer contrato colectivo entre la Creole Petroleum Corporation y sus empleados (Leoni había sido abogado del sindicato de la Creole y uno de los impulsores de esta idea antes de llegar al gobierno).

Pero de Raúl Leoni queda mucho más por saber y que contar. Sus acciones y actuaciones demuestran que jugó un papel principal en todos los grandes procesos políticos de nuestra historia contemporánea y como Presidente de Venezuela en el periodo de 1964 – 1969. Esperamos haber podido despejar un poco esa neblina existente en la vida de uno de los más importantes políticos civiles y civilistas de nuestra Venezuela democrática.

Abogado
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