Ramón Peña: La francesa Laura

Ramón Peña: La francesa Laura

Mientras el tiempo de nuestros días transcurre y lo absorben en gran medida preocupaciones derivadas del entorno político, social y económico, en terrenos ajenos a estas categorías de la vida, como el de las humanidades, ocurren hechos de trascendencia. En el caso que nos ocupa, dos ámbitos en apariencia distantes uno del otro, convergen en un revelador descubrimiento. Nos referimos a cómo una obra literaria del Siglo de Oro Español, que permaneció anónima 400 años, ha dejado de serlo, y su autor se ha descubierto gracias a la inteligencia artificial.

Una exhaustiva plataforma de medios de Inteligencia Artificial, conocidos como Transkribus, Esto y Stylo, que digitalizan, reconocen, transcriben y exploran documentos históricos en cualquier idioma, tiempo y lugar, ha determinado el origen de una pieza teatral, calificada literariamente como comedia palatina, de título La francesa Laura. Para tal hallazgo la plataforma digital revisó unas 2.800 comedias de 350 autores del los siglos XVI y XVII, pertenecientes al fondo de manuscritos de la Biblioteca Nacional de España.

El complejo proceso cibernético de investigación determinó que La francesa Laura fue escrita nada menos que por el llamado “Fénix de los Ingenios”, Don Lope de Vega, el mismo autor de Fuenteovejuna y otros clásicos cardinales de la lengua española. Luego, expertos en filología, examinando la versificación, la métrica, los hiatos de pronunciación y otras características sutiles que distinguen la escritura del autor en sus diferentes etapas, confirmaron plenamente lo hallado por la plataforma digital.





Reconfortante noticia esta noble aplicación de ese estado del arte de la ciencia contemporánea que es la inteligencia artificial.

Finalmente, recreémomos en un significativo –y hasta premonitorio­– detalle de esta comedia, escrita alrededor de 1630. Al inicio del texto Lope de Vega reivindica a la mujer, cuando en un verso dice: “…a las mujeres les sobran tantas hazañas, que en las armas y en las letras, envidia a los hombres causan”