Hacinamiento, maltratos y falta de atención médica atentan contra la vida de presos en celdas del Cicpc Maturín

Hacinamiento, maltratos y falta de atención médica atentan contra la vida de presos en celdas del Cicpc Maturín

Hacinamiento, maltratos y falta de atención médica atentan contra la vida de presos en celdas del Cicpc Maturín

 

 

 





 

 

La mañana de este miércoles se registró la muerte de un detenido en los calabozos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) Delegación Maturín, presuntamente a causa de tuberculosis.

Corresponsalía lapatilla.com

El fallecido respondía al nombre de Luis Armando Lima, de 54 años, que según sus familiares estaba enfermo desde el pasado domingo, con fiebre, debilitamiento, dolores musculares, entre otros síntomas.

Carol Lima, hermana del fallecido, indicó que su pariente tenía dos meses detenido, y días atrás supo que estaba enfermo por medio de cartas que le enviaba, ya que solo permiten verlos cada 15 días por cinco minutos.

Contó que la última vez que lo vio con vida fue el sábado, cuando lo visitó y lo notó muy delgado y débil.

Al día siguiente, se agravó, pero no recibió atención médica.

 

 

 

“Lo encontré demasiado flaco, y no por mala alimentación, porque mi otra hermana le mandaba su buena comida. Estaba muy débil, con cansancio, hablaba muy poco. Hay presos con tuberculosis que los tienen con todos los demás en espacios muy reducidos, donde hay más de 200 detenidos”, denunció Lima.

Por su parte, Anny Rojas señaló que su familiar tiene un año y medio en este centro de reclusión preventivo, por lo que cuestionó el retardo procesal que existe, ya que hay otros detenidos que tienen hasta tres años en las celdas del Cicpc.

De acuerdo a la ONG Una Ventana a la Libertad, el edificio de la Delegación Maturín tiene capacidad para albergar a 110 detenidos. Sin embargo, aseguran que actualmente superan los 300 presos.

 

 

 

 

Agregó que la mayoría de los que escriben por cartas, expresan que están enfermos de gripe, fiebre, escabiosis, tuberculosis, forúnculos, entre otras patologías.

“Para acá no viene nadie que defienda los derechos humanos, solo algunos evangélicos a predicar la palabra y traer agua y alimentos preparados. No podemos ni abrazar a nuestros familiares, porque solo nos permiten 5 minutos para verlos. Las condiciones allá adentro son infrahumanas. El calor es horrible, según lo que nos dicen en las cartas, porque hay demasiado hacinamiento”, añadió Rojas.

La situación en los calabozos del Cicpc es tal que una de las áreas de reclusión es llamada “infierno grande”, una sala no muy grande, donde afirman que hay más de 300 detenidos, muchos de los cuales se han enfermado, debido a la aglomeración.

Los familiares aseveran que en la referida delegación no dan información de lo que ocurre dentro del recinto, por lo que hacen el llamado al director de este cuerpo de seguridad, comisario Douglas Rico, a investigar la situación.