Salvar al Esequibo, por Rafael Veloz García @Rafaelvelozg

Salvar al Esequibo, por Rafael Veloz García @Rafaelvelozg

El sistema político que desde hace 19 años bajó los brazos en la lucha por el justo reclamo de Venezuela en el Esequibo, hoy llama a los venezolanos a participar en un referéndum consultivo en defensa del territorio de unos 160.000 km2, que está administrado por Guyana. Y acusa con mentiras a la oposición de sabotearlo. El referéndum ha sido convocado por el régimen de Nicolás Maduro, que está acostumbrado a colocar sus intereses por encima a los del país y sus ciudadanos, con el fin de sostenerse en el poder. De allí que para gran parte de los venezolanos el referéndum genere desconfianza y rechazo, porque no saben lo que puede esconder el régimen detrás de esa consulta. Si la convocatoria hubiera sido hecha por otra vía, tengan la seguridad de que la gran mayoría, por no decir todos, estarían en la disposición de acudir a ese proceso con mucha determinación.

Para desatar el nudo gordiano que representa el problema que se le ha trasladado al ciudadano -sin necesidad alguna- de tomar la decisión de participar o no en este referéndum, de manera previa debemos colocarnos en contexto y hacer un repaso de la historia, para determinar la razón que nos ha llevado hasta el extremo del debilitamiento de nuestra justa reclamación del territorio Esequibo. A ello vamos.

Comencemos por lo que fue el Laudo Arbitral de París del 3 de octubre de 1899, que significó un gran despojo territorial contra Venezuela de casi 160.000 kms2. Venezuela, por un lado no tuvo un representante legítimo sino que EE.UU. lo hizo en su nombre y por el otro lado, fungió el Reino Unido, por ser el dueño de la colonia de Guayana Británica, que desde el 26 de mayo de 1966 es la actual República Cooperativa de Guyana.





En 1962, tras Venezuela llevar la denuncia ante la ONU, presentando pruebas de los vicios de nulidad del Laudo Arbitral de París, se admite la demanda de nuestro país y se firma el Acuerdo de Ginebra, el 17 de febrero de 1966, con un carácter transitorio que lleve a uno definitivo para resolver la controversia. Este acuerdo salvaguarda los derechos de soberanía de Venezuela, pero la administración y ocupación le es mantenida al Reino Unido, por ser, repetimos, esa zona parte de la aún colonia Guayana Británica. Se nombró la figura de un Buen Oficiante, para que se encargara de buscar una salida negociada entre las partes, pero a la postre el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, el 31 de enero de 2018, informó el traslado de la disputa a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), escenario que es el ideal para Guayana.

De esta manera, la CIJ se declaró competente de examinar la disputa fronteriza en 2020 y en abril de este año la citada corte falló contra Venezuela, al rechazar la excepción preliminar presentada por el régimen de Maduro, de no reconocer a la CIJ como mecanismo válido para resolver la disputa, por considerar que lo es el Acuerdo de Ginebra.
Lo cierto es que se avanzará en un juicio en la CIJ, para ir al fondo y allí se va a dilucidar de manera definitiva este asunto.

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El resumen anterior, grosso modo, muestra la parte jurídica de la disputa territorial que tiene Venezuela con Guyana. Es un tema muy extenso, pero hicimos un compendio de lo más significativo. Ahora vamos a la parte diplomática y política de estos últimos 20 años con el régimen chavista, que hoy encarna Nicolás Maduro y que ha colocado en la cuerda floja nuestra reclamación territorial.

En este punto también tendré que ser lo más concreto posible, porque tiene muchos temas que tratar.
Miremos de nuevo al pasado.

Fue Hugo Chávez, en medio de su vorágine ideológica comunista y de creerse el gran líder continental, el que cambio el giro del reclamo venezolano del Esequibo en 2004, al echar por tierra el mecanismo del Buen Oficiante de la ONU (1987). Dos declaraciones que hizo y que han sido repetidamente recordadas en las redes sociales, prueban lo anterior. Chávez en una visita oficial a Guyana en febrero de 2004, dijo textualmente: “El gobierno venezolano no será un obstáculo para cualquier proyecto (de Guyana) a ser conducido en el Esequibo y cuyo propósito sea beneficiar a los habitantes del área”. En otra señaló: “El asunto en el Esequibo será eliminado del marco de las relaciones sociales, políticas y económicas de los dos países” e hizo referencia al nacimiento de Petrocaribe en 2005, con Guyana como uno de sus miembros.

Se ha dicho que Chávez asumió esa posición siguiendo la línea del dictador cubano Fidel Castro, quien reconocía al Esequibo como parte de Guyana. Chávez diría en 2007 incluso que Venezuela inició la reclamación del Esequibo por presiones de Estados Unidos.

Lo cierto del caso es que en la parte diplomática y política el régimen falló por completo en la defensa del Acuerdo de Ginebra de 1966, como único instrumento válido para resolver la disputa. Hizo caso omiso a las advertencias que le hicieron por sus intereses políticos y expansionistas en América Latina.

No podemos olvidar que la legítima Asamblea Nacional 2015, al año de instalada y luego el gobierno interino de Juan Guaidó advirtieron lo que sucedía y denunciaron la forma como Chávez y Maduro debilitaron la defensa del Esequibo. Las pruebas de esta afirmación están en los medios de comunicación, para el que tenga a bien conocerlas.
Hace 10 años Leopoldo López, junto a María Corina Machado, nuestra candidata a la elección presidencial de 2024, y Juan Guaidó, fueron hasta El Esequibo con un grupo de activistas de Voluntad Popular. López criticó allí “la posición débil y entreguista del régimen de Maduro” y denunció que en 2005 comenzó una estrategia de entrega de licencias auríferas: “se entregaron 14,5 millones de reservas auríferas probadas en 5 licencias en el Esequibo sin ninguna notificación al Estado venezolano de una situación que está en reclamación, y nuestro gobierno no hizo nada”.

“Queremos alertar a todo el pueblo venezolano sobre el saqueo que está ocurriendo de los intereses de Venezuela por la negligencia del Estado venezolano con respecto a la posición que ha tenido el Estado de Guyana en un territorio que es nuestro, porque nosotros ratificamos que El Esequibo es nuestro”, sentenció López en el 2013.

Por cierto, Leopoldo ayer en su cuenta de X (Twitter) trajo a colación ese hecho con una fotografía y escribió: “Chávez decidió no defender el territorio Esequibo para ganarse los votos del Caribe en la OEA. Luego, Maduro continuó esta política y nunca defendió debidamente la reclamación de Venezuela. Hace 10 años visitamos el Esequibo para alertar las consecuencias de la política irresponsable de Chávez y Maduro, y hoy, seguimos en esta situación por responsabilidad única de la dictadura”, sentenció.

Es preciso que se sepa que participar en el referéndum consultivo sobre el Esequibo no es obligatorio. Y que tampoco es vinculante o incida en algo en la decisión que tomará la CIJ en su momento. Ahora bien, si la participación en ese proceso es baja, sería un mensaje negativo que llevaríamos ante el mundo. A eso nos expone el régimen, cuando no hay necesidad de ello, porque la constitución señala que la defensa de la soberanía recae en Maduro y en la Fuerza Armada Nacional. ¿Por qué preguntar algo a los ciudadanos si la respuesta está implícita? El pueblo de Venezuela ayer, hoy, mañana y siempre apoyará defender nuestro Esequibo.

Todo apunta a que por medio de este instrumento Maduro persigue despertar el espíritu nacionalista que tiene la mayoría de la gente para sacar rédito político de cara a la elección presidencial de 2024, pero también como medida distraccionista frente a la terrible situación que vive el pueblo. Y, por supuesto, en un vano intento por borrar el fracaso de su política diplomática en torno al Esequibo, por privilegiar sus políticas del socialismo del Siglo XXI.

Como venezolano que de verdad sí quiere a su patria, no puedo llamarlos a que no participen en el referéndum. Pero tampoco los invito a ello. Solo reflexionen sobre lo que es mejor para nuestra Venezuela y tomen una decisión.

Creo con firmeza que sin intereses políticos de por medio y solo con el concurso de los mejores juristas y diplomáticos venezolanos en la CIJ aún podemos salvar al Esequibo de las garras de Guyana.

¡El territorio Esequibo nos pertenece! Queremos ver nuestra bandera tricolor ondeando bajo su cielo.


Dr. Rafael Veloz García, diputado a la Asamblea Nacional y al Parlasur electo en 2015; expresidente de la Federación Interamericana de Abogados (FIA); miembro de la dirección nacional de Voluntad Popular, VP.