Reporte de energía y petróleo: Precios del petróleo a la baja, ¿inercia o miopía?

Reporte de energía y petróleo: Precios del petróleo a la baja, ¿inercia o miopía?

 

Tanto la OPEP como la IEA coinciden en pronosticar un crecimiento en la demanda, aunque difieren en la escala y persistencia en el tiempo. Mientras, en Venezuela los temas giran alrededor de los acuerdos de Barbados y Doha, la Licencia General No.44, y el referendo sobre el Esequibo. La situación de la gasolina sí está cambiando de manera importante debido a la llegada de nafta y componentes de gasolina importados.





Por Juan Szabo y Luis A. Pacheco en La Gran Aldea

Los precios del petróleo siguen mostrando una indiferencia educada a los riesgos geopolíticos y a la estrechez entre suministro y demanda. Por cuarta semana consecutiva, los precios de los crudos marcadores cerraron a la baja con relación a la semana anterior y mostraron su nivel más bajo desde julio.

En los EE.UU., la combinación de datos económicos son poco halagadores, los reportes de inventarios petroleros ambiguos y un mercado laboral enfriándose, señalaban hacia una posible reducción en la demanda de energía. Y aunque tanto la OPEP como la Agencia Internacional de Energía (AIE) revisaron al alza sus pronósticos de demanda de petróleo, citando un consumo récord de China y economías resilientes, los participantes del mercado petrolero se centraron en el aumento de los inventarios de petróleo crudo de Estados Unidos y la producción récord de petróleo estadounidense, reforzando el sentimiento negativo que arrastró los precios del petróleo.

Por otra parte, los múltiples focos de ebullición geopolíticos, aun siendo riesgosos, no parecen mover los precios. La guerra Israel y Hamásla guerra rusa en Ucrania, ataques de origen iraní contra blancos militares de EE.UU. en Siria e Irak, y Hezbollah y Hutíes de Yemen disparando misiles y drones contra Israel, no parecen estar en el radar del mercado. Todos estos conflictos armados, por ahora limitados a su región, conforman una situación de alto riesgo en la que cualquier error de cálculo, en uno o más de ellos, podría desencadenar una confrontación que afectaría seriamente el suministro y transporte de crudos y productos.

Una posible explicación a esta extraña reacción del mercado es la presencia y los intereses de las dos superpotencias, EE.UU. y China que particularmente en esta situación tienen intereses que coinciden, por diferentes razones. A China le conviene que el suministro desde el Medio Oriente y Rusia no se vea afectado, ya que son la fuente de gran parte de sus importaciones de hidrocarburos. Por otra parte, EE.UU. quiere evitar a toda costa una reducción del suministro global para evitar, a menos de 12 meses de las elecciones presidenciales de ese país, sobresaltos en los precios domésticos. De manera que se podría afirmar que estos países se han convertido, por ahora, en garantes de la estabilidad de suministro en la región, lo cual ha reducido el riesgo de interrupción, lo que se manifiesta como una restricción en la prima de riesgo geopolítico que de otra manera el mercado estuviera incluyendo.

Sin embargo, la actividad militar en la región se continúa intensificando. Hubo un fuerte intercambio de misiles desde los Altos de Golán entre Hezbollah e Israel. Un destructor de EE.UU. derribó un dron dirigido a Israel desde Yemen en el mar Rojo. El epicentro de la actividad está en el norte de la Franja de Gaza, donde fuerzas israelíes están encontrando refugios subterráneos y depósitos de armas en hospitales y escuelas.

Los informes de inventarios de crudo y productos en EE.UU., reportados por la EIA, en su primera publicación después de haber revisado su plataforma tecnológica, indican un aumento importante de los inventarios de crudo, acompañado de caídas de los inventarios en productos de una magnitud similar al crecimiento en el lado del crudo. Normalmente, una subida en los inventarios de crudo indica una caída en la demanda, pero la caída en los inventarios apunta a otra dirección; una explicación alterna es que existe un cuello de botella en la refinación, lo cual no es el caso, ya que el porcentaje de utilización de las refinerías no ha variado -habrá que esperar a que la nueva plataforma de información se estabilice.

La reunión entre los presidentes de EE.UU. y China en California, la primera en un año, fue el evento político más esperado de la semana. La reunión se realizó bajo circunstancias muy particulares. No solo es la situación geopolítica, sino también que ambos mandatarios, Joe Biden y XiJinping llegaron a la reunión en el medio de complejos problemas domésticos. En el caso de Xi, la economía de China no ha mostrado la recuperación esperada, y esta debilidad ha creado tensiones sociales que ahora Xi tiene que gestionar, sin mencionar los rumores de purga en las altas esferas del Partido Comunista. En el caso de Biden, el presidente enfrenta una alta desaprobación del electorado y lidiando con dos guerras, Ucrania y Medio Oriente, que no tienen soluciones fáciles; y aunque no son de su hechura, su manejo se está convirtiendo en un problema presupuestario y político. Hay que añadirle a la mezcla, las crecientes pretensiones de China sobre Taiwán y la soberanía sobre el mar de China.

Los dos líderes discutieron varios temas espinosos, incluidas las guerras en Ucrania y Medio Oriente. A Biden le gustaría que China usara su influencia sobre Irán para evitar que la guerra entre Israel y Hamás se ampliara, y se esperaba que presionara a Xi para que usara su influencia para impedir que Corea del Norte suministrara armas a Rusia.

Al final de la reunión en California, no hubo comunicado conjunto ni comparecencia compartida ante la prensa, y los modestos acuerdos que se publicitaron dejan claro que sus intereses y objetivos fundamentales son muy diferentes. El presidente Xi lo describió de manera sucinta diciendo: “El planeta Tierra es suficientemente grande para el éxito de los dos países”. Los medios de comunicación chinos fueron muy positivos acerca de la reunión, a pesar de que Biden, en una rueda de prensa posterior a la reunión, calificó a Xi como dictador.

El Departamento de Estado anunció que en las reuniones había llegado a un acuerdo con sus homólogos chinos en el que se comprometían a “acelerar la sustitución del carbón, petróleo y gas en la generación de electricidad” por fuentes de energía verde como la eólica y la solar. Pero este acuerdo, en el que ambas naciones se comprometieron además a “acelerar suficientemente el despliegue de energía renovable en sus respectivas economías al 2030”, fue criticado por su posible impacto en los consumidores de EE.UU. Al margen de que China rara vez cumple con los acuerdos internacionales, ese país se beneficiaría financieramente de dicho acuerdo ya que controla gran parte de la cadena de suministro de energía verde del mundo.

La OPEP+ no ha develado las consideraciones a ser debatidas en su próxima reunión, pero el viernes se corrió el rumor de que algunos miembros de la OPEP+ están presionando para lograr recortes más profundos en la reunión del 26 de noviembre en Viena, aunque Arabia Saudita probablemente requiera compromisos tangibles de otros miembros sobre la producción y el cumplimiento de las cuotas antes de tomar cualquier medida.

Sin embargo, el mercado apuesta que la OPEP+ no ampliará los recortes de producción. Nosotros creemos que la OPEP+ no tendrá la necesidad o la tentación de introducir cambios en sus recortes. En su reporte mensual, el cártel revisó ligeramente su pronóstico de crecimiento de la demanda de petróleo para 2023 en 20.000 barriles por día (bpd) con respecto a la estimación del mes pasado, y ahora prevé que la demanda mundial de petróleo crecerá en 2,5 millones de bpd este año, gracias a las revisiones al alza de la demanda de petróleo de China en el segundo semestre. Para 2024, se espera que la demanda mundial de petróleo crezca unos saludables 2,2 millones de bpd.

Sin embargo, si los precios se mantienen cerca o por debajo de los 80 $/bbl (Brent), al ministro de petróleo Saudí, príncipe Abdulaziz, no le temblaría el pulso para sacar otro “truco” de su sombrero y agarrar desprevenido a los actores financieros que liquidaron posiciones largas para irse masivamente “corto”, a quienes acusa de tácticas especulativas.

En el mismo orden de ideas, algunos analistas sostienen, y pueden haber convencido al mercado, de que EE.UU. seguirá aumentando su producción a pesar de la reducción de taladros, que ya ha llegado a 618 unidades -una caída de 164 en los últimos doce meses. Sin embargo, nosotros somos de la idea de que no ha habido tal crecimiento sostenido, más bien un mantenimiento del “statu quo” con una producción promedio de crudo 12,1 MMbpd (13 MMbpd incluyendo condensados), durante lo que va de año. La teoría de crecimiento continuado basado en eficiencia, ahora que esencialmente se agotaron los pozos DUC (pozos perforados, pero no completados), no tiene mucho asidero hasta cuando se comiencen a materializar los beneficios de las sinergias de las recientes grandes fusiones (ExxonMobil-Pioneer y Chevron-Hess) y se comiencen a desarrollar sus planes de inversión.

En la semana, los precios reaccionaron a acciones muy puntuales: 1) La liquidación de posiciones en el mercado de futuros, provocada en gran medida por el fuerte aumento de las existencias de crudo en EE.UU., y 2) Las preocupaciones sobre el crecimiento de la demanda.

Ya entrado el viernes, hubo una recuperación importante de los precios como consecuencia de que los fundamentos del mercado se mantienen sólidos: una demanda de casi 103 MMbpd, mientras que el suministro, incluyendo un incremento reciente de 320 Mbpd, apenas alcanza 101,8 MMbpd, un desbalance de 1,2 MMbpd. Tanto la OPEP como la IEA coinciden en pronosticar un crecimiento en la demanda, aunque difieren en la escala y persistencia en el tiempo.

Así las cosas, al cierre del mercado, el viernes 17 de noviembre, el crudo Brent se tranzaba en 80,61 $/bbl, mientras que el WTI lo hacía en 75,89 $/bbl, otra semana extraña y a la baja.

Venezuela

Eventos Políticos: El ambiente político venezolano continúa causando desazón. El régimencon centra su atención dos temas: 1) El entendimiento de lo que significa cumplir o no con los acuerdos de Barbados y Doha, incluyendo las advertencias que desde la Casa Blanca se hacen en referencia a la permanencia de las recientemente otorgadas licencias; 2) El diferendo limítrofe con Guyana y el litigio que el país vecino adelanta en la Corte Internacional de Justicia. Ambos temas parecen tener poco aliento político, pero el régimen los usa para distraer a sus seguidores.

En el primer caso, Nicolás Maduro y su jefe negociador, Jorge Rodríguez, están planteando una especie de juego de póker con la Casa Blanca para averiguar si los americanos están “blofeando”. Las dos partes tienen mucho interés en que las cosas no se salgan fuera de control. Los requisitos de EE.UU. son relativamente simples. Por un lado exigen que todos los candidatos de la oposición (en particular María Corina Machado, ganadora de la Primaria y quien puntea las encuestas) sean habilitados para las elecciones de 2024; para ser exactos, los norteamericanos hablan de que debe haber un proceso activo para la habilitación antes del 30 de noviembre. Por otro lado, exigen que se liberen los presos políticos, en particular los ciudadanos de EE.UU. en captividad.

Ambas cosas aparentemente fueron parte de las condiciones acordadas en el contexto del Acuerdo de Barbados y las subsecuentes licencias de la OFAC. En ese momento, los firmantes no esperaban el nivel de participación ni resultados de las elecciones primarias, que terminó sorprendiendo al régimen, a la oposición y a los negociadores de la Casa Blanca.

Es posible que el régimen termine cumpliendo con lo acordado en cuanto a soltar algunos presos políticos, pero no percibimos ninguna apertura en cuanto al levantamiento de las inhabilitaciones, al menos en lo que se refiere a María Corina Machado, dado el alto nivel de aprobación que ella ha generado en todos los estratos de la población.

El régimen está jugando a que EE.UU., a pesar de todas las advertencias, no está dispuesto a reponer las sanciones al estado anterior del 18 de octubre de este año. La realidad es que la Licencia General No.44 y las negociaciones sobre emigración resuelven parcialmente dos problemas a la Casa Blanca: el efecto disuasivo sobre el continuado flujo de emigrantes, al acordar repatriar a Venezuela emigrantes ilegales, proceso que ya está en curso; y, por otro lado, algo de crudo incremental llegará al mercado de EE.UU. Mientras Estados Unidos solo haga amenazas difusas (a pesar de la continua mención del 30 de noviembre como punto de quiebre), el régimen sigue ganando tiempo y beneficiándose de los ingresos petroleros adicionales.

En el caso de que EE.UU. realmente decida desmontar las licencias concedidas, probablemente lo haga por la vía de la no renovación, lo cual le permite al régimen utilizar los fondos incrementales de los próximos seis meses para financiar su campaña electoral. EE.UU. tiene las herramientas para presionar, pero duda de la utilidad de usarlas -en unos días podremos dilucidar cuál es la posición de EE.UU.

En cuanto al diferendo limítrofe con Guyana, el régimen trata de esconder la responsabilidad que recae sobre el presidente Hugo Chávez, quien descuidó el litigio territorial con el país vecino. En 2005, el entonces presidente de Venezuela visitó Georgetown y prometió no interferir en las actividades de desarrollo en las zonas bajo disputa.

Ahora, con el referendo consultivo programado para el 3 de diciembre, el régimen trata de reescribir la historia y aparecer, a los ojos de la ciudadanía, como el defensor de los derechos soberanos del país, cuando es su inacción de años lo que ha llevado a la presente crisis.

En el ámbito económico, la política de intervención en el mercado de divisas, gracias en particular al rol de Chevron, ha sido exitosa: la tasa de cambio se mantiene a niveles de 37 Bs/$ para el dólar paralelo. Veremos si el desvío de cargamentos a mercados con mejores rendimientos compensa la caída de los precios petroleros.

Sector Hidrocarburos

Las operaciones tuvieron resultados mixtos. La producción de crudo se mantuvo constante, pero la refinación y exportación han sido afectadas por los cambios en comercialización que permite la LG44.

Producción:El promedio de producción de crudo de esta semana fue de 746 Mbpd, muy parecido a octubre y los primeros días de noviembre. La distribución geográfica se muestra a continuación en Mbpd:

      • Occidente: 134 (Chevron 54)
      • Oriente: 151
      • Faja: 461 (Chevron 80)
      • Total: 746 (Total Chevron 134)

La pequeña reducción en la Faja corresponde a problemas operativos con el manejo del diluente. Se continúa mezclando crudo Merey 16 y también DCO, en función de los crudos livianos disponibles y los tipos de diluente.

Dos taladros continúan operando en PetroMonagas, pero la producción incremental apenas contrarresta la declinación natural del campo.

Refinación:Los volúmenes de crudos y productos intermedios procesados en las refinerías nacionales han sufrido poco cambio, dando tumbos en ritmo con la disponibilidad de las plantas de procesos que se mantienen operativas.

Sin embargo, la situación de la gasolina sí está cambiando de manera importante debido a la llegada de nafta y componentes de gasolina importados. En efecto, un tanquero llegó a la Refinería de Amuay para descargar unos 250 Mb de estos productos, como parte del acuerdo de trueque con ENI y Repsol. También se anuncia que Chevron traerá un cargamento similar a ser descargado en El Palito, complementando un cargamento de 540 Mb de nafta pesada descargada en Jose.

Estas importaciones van a ser mezcladas con naftas nacionales para maximizar la disponibilidad de gasolina. Esto último explica que dos tanqueros cubanos con gasolina fueron despachados hacia esa Isla.

Exportaciones:La constante en este renglón es la exportación de alrededor de 145 Mbpd de crudos manejados por Chevron.El resto de las exportaciones corresponde al crudo en trueque con Europa, unos 36 Mbpd, y los volúmenes enviados a Cuba, unos 26 Mbpd. El resto del crudo exportable, que hasta hace poco se enviaba a China por los caminos tortuosos de los intermediarios, ha tenido varios pretendientes. Algunas de las grandes “trading houses” con acceso a tanqueros han hecho ofertas a PDVSA para exportar en forma directa a los mercados de su preferencia. La información ha sido muy escasa, pero la diferencia de los precios que recibiría PDVSA es importante. Falta ver cómo se desmonta el sistema usado para los crudos sancionados por uno más transparente y mejor remunerado; y determinar el destino de esos ingresos diferenciales.