Una lucha espiritual, por Rafael Veloz García @Rafaelvelozg

Una lucha espiritual, por Rafael Veloz García @Rafaelvelozg

En cada familia venezolana, por lo menos uno de sus integrantes faltó en la mesa de esta Navidad, muestra de que la profunda crisis ha socavado las bases del pilar fundamental de la sociedad y todos están conscientes de la necesidad del cambio político para que se haga realidad la reunificación familiar. Ello significó una marca de tristeza en los hogares del país en la Nochebuena, pero sin embargo se manifiestó en paralelo junto a un sentir de esperanza y de que estamos frente la opción muy válida del cambio político en el 2024, un año que será determinante.

Las organizaciones políticas después del 22 de octubre, fecha de la elección primaria, que en la historia reciente se erige como el inicio de un nuevo ciclo, están en cuenta de que en esta elección surgió un nuevo liderazgo político, encabezado por una candidata presidencial. Las organizaciones políticas y también aquellas de corte social deben estar a tono a lo interno en el foco del proceso presidencial que se avecina, lo que significa que tienen que actuar y resolver los problemas, deficiencias e inconsistencias que tengan.

Debemos acudir al 2024 con organizaciones políticas ágiles, blindadas y comprometidas con los ciudadanos y Voluntad Popular está en esa línea. Al día de hoy el liderazgo federal, vale decir el de los estados y en todos los sectores de la tolda naranja, llevan en sus manos esos estandartes. Todos en Voluntad Popular no hemos dejado de trabajar para que podamos ser un vehículo ciudadano que garantice el cambio político en nuestro país. Debido a ello, nos sentimos envueltos en una justificable sensación de víctoria, la cual también siente el ciudadano, pero que requiere bases sólidas que garanticen lo relativo al proceso electoral presidencial de 2024, que es lo medular.
Ese proceso viene dado en un sistema de prioridades que están en todos los centros de votación. Debemos estar conscientes de que ellos serán lo más importante. Por eso el llamado de nuestra candidata María Corina Machado ha sido para la construcción de un gran ejército cívico, como nunca se haya visto en la historia democrática de Venezuela, para que no haya centros y mesas electorales sin nuestra presencia, prestando especial atención en aquellos -sin importar su tamaño- donde acostumbra el régimen a manipular y presionar a los electores más vulnerables. Nuestro reto es que todas las mesas de todos los centros electorales estén debidamente asistidas por nosotros y así será.





Al margen de lo anterior también se requiere de la utilización de todos los medios que estén a nuestro alcance para conseguir el cronograma electoral lo antes posible, base fundamental para la construcción y desarrollo del proceso que nos conducirá al cambio político, porque el voto es nuestro medio.

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La creación de un comando unificado de campaña de María Corina Machado, que en próximos días nuestra candidata anunciará, va mucho más allá y se apoyará fundamentalmente en la alianza social, gremial, sindical, pensionados y jubilados, indígenas, etc., junto a los principales sectores del país y las organizaciones políticas, porque es un liderazgo alto comprometido, pero también medio y de base.

La población y las organizaciones políticas están conscientes de que es una lucha espiritual y generalmente los llamados que ejerce nuestra candidata presidencial llevan ese mensaje, pues solo es posible desmantelar a las instituciones como la familia y a aquellas que sirven para brindar servicios públicos, por medio de un ejercicio de mal permanente. Y para que tengamos la fuerza necesaria para contrarrestar el mal es necesario contar con la fortaleza espiritual de los guerreros.

Había una expectativa con respecto a la inexistente inhabilitación de nuestra candidata María Corina Machado, la cual de hecho nunca le han notificado, y es que no hay conocimiento de expediente alguno que así lo indique, pues ante la solicitud del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) lo que le envío la Contraloria General de la República fue un documento viejo de 2015 que no prueba esa inhabilitación.

Este sistema se maneja por la vía de los hechos, por la vía del fraude. De allí que la solución a esta situación no está dada en el derecho y la búsqueda de la justicia, porque el sistema de justicia venezolano está usurpado. Eso sí, el equipo de juristas de María Corina lo dejó muy claro en sus argumentos al TSJ: “no hay inhabilitación” y por lo tanto “no hay ningún acto jurídico que impugnar”.

Ahí entonces que la demanda de reclamaciones que es lo que intentó María Corina Machado, unida a un amparo cautelar, vale decir, en vista de la inexistencia de la inhabilitación, es una solicitud válida antes de que se produzca una decisión que se convierta en un procedimiento que puede llevar meses o años, lo cual es muy factible. De esta manera también impediría que lleven alguna excusa en las negociaciones de las partes como las de Barbados.

Esta demanda de reclamación, conjuntamente con el amparo cautelar, son en contra de una vía de hecho, que es lo que utiliza este sistema, que irregularmente construyó una simulación de un acto donde no existe inhabilitación. Y esa fue la respuesta de María Corina Machado a un proceso de utilización indebida de la justicia de la Contraloría General de la Republica, para dar forma a una inhabilitación inexistente y limitar los derechos políticos de nuestra candidata. Estoy convencido de que no lo lograrán.

Para concluir, con esa misma fe y esperanza, en este mi último artículo del 2023, envío a mis amables lectores y a todos los venezolanos, estén donde estén, un abrazo fraterno de Año Nuevo y mis mejores deseos de salud, prosperidad y de confianza en el futuro… Dejen al año viejo lo malo y escribamos juntos las páginas de la libertad de Venezuela en el 2024.

 


Dr. Rafael Veloz García, diputado a la Asamblea Nacional y al Parlasur electo en 2015; expresidente de la Federación Interamericana de Abogados (FIA); miembro de la dirección nacional de Voluntad Popular, VP.