La salud del rey Carlos III, la ausencia de Kate y otros tres grandes desafíos para la monarquía británica

La salud del rey Carlos III, la ausencia de Kate y otros tres grandes desafíos para la monarquía británica

La princesa de Gales no ha sido vista en público este año.

 

 

 





La familia real británica ha tenido un comienzo difícil este 2024, con mucha incertidumbre respecto a distintos temas de salud y rodeada de una oleada de rumores y especulaciones.

Por BBC Mundo

Pero ¿qué es lo que está pasando?, ¿cuáles son los desafíos que tiene para recuperar la tranquilidad?

Sean Coughlan explica cuáles son los problemas actuales y analiza cuál puede ser su solución.

1. ¿Qué es lo que pasa con Kate?

Las redes sociales no pueden soportar el vacío de información. En WhatsApp, en Facebook y en Tik Tok, la especulación sobre la princesa de Gales está en su punto más alto.

No ha sido vista en público este año debido a que se sometió a una operación abdominal.

La explicación de su ausencia a principios de este año fue reiterada esta semana por funcionarios de las oficinas de la monarquía.

“El palacio de Kensington fue claro en enero sobre los tiempos de recuperación de la princesa. Se explicó además que solo se darían actualizaciones significativas. Eso se mantiene”, explicaron en un comunicado.

Un aspecto positivo de esto es que la gente está interesada porque les importa. La indiferencia sería algo peor.

Para mí las cosas cambiarán cuando las fotos de ella aparezcan, que aparecerán, y eso significará algo de alivio.

Aunque esto podría plantear algunas preguntas a largo plazo sobre lo que la gente quiere de una relación adulta con la realeza.

Nadie está esperando que sean perfectos como una estatua. Todos estamos llenos de vulnerabilidades.

Pero eso también significa apertura y transparencia desde Buckingham y los otros centros de la monarquía.

2. Cultura del secretismo

Todos tenemos el derecho a la privacidad, pero para las figuras públicas, especialmente aquellas que reciben su financiamiento de los impuestos que pagan los ciudadanos, hay una delgada línea entre la privacidad y el secretismo.

Para seguir leyendo, clic AQUÍ.